En ella
el amor abrigaría los impulsos tiernos
las penas inevitables
las alegrías compartidas
descabelladas ilusiones
o intrépidas esperanzas.
Estudios
amores
y noches de desvelo
y hasta las rencillas intrascendentes
que surgen y pasan sin huella
encadenando anécdotas
en las reminiscencias.
Era un sueño
luminoso y vago
de aquellos días.
Marta de Arévalo -Uruguay-
Publicado en la revista Oriflama 24
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