"Y se quedó en aquel silencio,
el de la soledad infinita,
el de la flor marchita,
el del campo yermo.
Sin perder del rostro la sonrisa,
con el sabor de labios,
en la ajada piel,
con el mirar de tactos,
de las viejas arrugas,
con aquellos que supieron,
de su querer.
De pie con su figura erguida,
mirando de frente al antiguo horizonte,
donde el antiguo sol también perecía,
donde su alma quería,
ir, para no volver.
Y se quedo allí,
en la tierra fría,
callada agonía,
de lo que pudo ser.
Para volver a nacer,
en sutil melodía,
como primavera y día,
sin miedo a perder.
Dicen que la tierra,
le envolvió con su manto,
raíces de vida,
que en su hacer entregó.
Y en aquella colina,
donde sus huesos descansan,
un roble se inclina,
para cobijarle mejor.
Llamábanle amor,
por lo que sus poemas destilan,
poeta fue su don,
poetisa su caligrafía.
Yace allí pues el poeta,
en el besar de tierra y cielo,
en el abrazar de mar y sol.
Amortajado por sus letras,
recitado por mil labios,
que reviven su pasión."
Del Libro "Otros Poemas"
Imaginador69
No hay comentarios:
Publicar un comentario