jueves, 23 de abril de 2015

EN LA TERRAZA DEL BAR


Tomaba un café en la terraza del bar
viendo pasar a jóvenes apresurados,
a niños juguetones que corrían
de sus padres que les gritaban enfadados.

Pensé lo diferentes que somos
en el exterior y en el interior;
en el decir y en el pensar;
en odiar y en amar.

Algunos conocidos me saludaban,
otros se paraban a comentar
los últimos sucesos de la ciudad,
otros por mis versos me felicitaban.

El tiempo se me fue volando.
Una ligera lluvia me sacó
de mi ensimismamiento
y a la realidad me devolvió.

La calle desierta quedó.
Ya no corrían los niños.
Ya no pasaban jóvenes.
Ya en el bar solo estaba yo.

JOSÉ LUIS RUBIO

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