Como una razón prisionera de un éxtasis
salvaje, que devora animales y hombres;
así es la fiebre -primer síntoma- de quienes
han usado la guadaña injustamente. Los gatos
bohemios huyen de las explanadas, de las plazas
sobre todo, junto con los galgos y demás famélica
fauna. Por creer que la tierra era redonda, o que la sangre
circulaba, o cualquier otro desdén a la razón prisionera
de un éxtasis salvaje; así es la furia de aquellos
cuya propia razón les estremece.
Francisco Aranda Cadenas -Málaga-
Publicado en la revista LetrasTRL 60
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