Sacamos a relucir la soledad como un salvoconducto
conocernos sería empezar a disimular nuestra segunda identidad
establecer un pacto demasiado confuso
entre el deseo de partir a toda costa
y la obligación de permanecer
las estaciones han quedado atrás la casa
las despedidas los muchachos que ríen por nuestras uñas sucias
la soledad como un amigo
“el viejo está encanao quería pirarse del país”
poner en evidencia el duro oficio de los padres
los padres llevan tatuajes de alta mar
“soy de Raquel” un águila que muestran.
hierros de sol como marca de propiedad de un animal lunares
conocernos sería falsificar esas monedas
la larga soledad como un amigo
(amigo de la infancia o como quieras llamarlo
socio si lo prefieres con el que dices compartir
un internado que no existe un segundo año de pre
que no te poncharán)
aún eres tú
un par de ojos
por las cajas fuertes
un par de ojos oscuros una boca
por el ruido de las monedas entre los dedos
por las tapias por las directoras por las conserjes
un par de ojos oscuros una boca feroz
“seremos amigos a partir de este refresco que me pagas”
esta noche beberemos cerveza
un par de ojos
por el viaje que no hemos emprendido
por la espuma en los labios
por las palabras que aún no dices
un par de ojos
por todo lo que callas
hemos ido por la terminal de ómnibus
negro es negro tomamos café papas cola para las papas
la perra las palomas el radio a toda voz negro es negro
el saludo de tu madre es un grito áspero como una navaja
dice: “no tiene remedio un hijo bandolero”
(más de una vez quedamos sin palabras
ante el atardecer que se nos anticipaba)
la inútil soledad como un amigo
(ella rima sus versos de amor sus versos panfletarios)
una ciudad que nos asfixia por todas partes
abajo la ciudad el mar que has calificado de hermoso
me peino: estamos mudos ante las puertas que se cierran
que se abren
ante las puertas que se abren que se cierran que se abren
Del libro “Lenguaje de mudos” de
Delfín Prats
Publicado en la revista Sur 2
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