jueves, 22 de agosto de 2013

UNA NOCHE BUENA

Podría ser una noche como cualquiera,
y sin embargo no lo es, o al menos,
todos tratan de evitar que así sea.
Con la sensación de que siempre
es la misma copa la que aterriza sobre mi mesa,
tu recuerdo aflora incesante
como un book de infinitas miradas.
Cada día estoy más de acuerdo con nadie
en que no existes.

En que no existes pienso mientras te veo
sonriente bajo unas gafas innecesarias.
Apuesto a que te amo sin que lo sepas.
Apuesto a que otro trago me devolverá
la sombra de una sombra bajo el farol
de los sueños que una vez Sherezade
sollozase justo antes de contar un día más.

Me resumo en soledad. En soledad,
quién no tomaría de tus labios tu soledad.
Me resumo en una noche decadente
mal apoltronado, en lugar de estar
amando o en vez de estar como todos,
feliz de nada, partícipe como nadie de un reloj homicida.

Quién no firmaría en una noche decadente
tus labios que no existen para ser nada,
y sólo ser recibidor humilde de las lágrimas
que regresan de tiempos mejores.

La misma copa una y otra vez me devuelve
al estado natural en el que odio
el vómito infumable de unas letras como estas,
vomitadas y lloradas tras un nombre
que no viene, ni existe; que ni me llama
con un verbo que se parezca a mí.

EDUARDO FLORES
Publicado en el blog lamuertedelsuspiro

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