sábado, 24 de agosto de 2013

TU PELO NEGRO

Esta tarde, de repente,
como el trueno de una tormenta de verano,
he visto el reflejo de una cana
sobre tu pelo negro.

La voz quieta de la edad que pasa
me ha gritado
con garganta muda, con soez saña,
arañando mi deshabitada alma.

Ese pelo blanco, adalid del tiempo,
nace y se entremete entre tus cabellos,
y crece, y olvida la juventud que pasa,
que ha pasado, que ya no existe.

Luego, al girarte y sonreírme,
se ha ido la negra sombra,
el miedo, la desolación aprehendida
en un instante débil de la razón.

No importa, no importa,
el corazón sigue latiendo en negro oscuro,
en negro azabache, en el negro
de tu cabello.

Francisco J. Segovia -Granada-

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