martes, 20 de agosto de 2013

¡QUÉ PENA QUE SE FUE PEPE SABIN…!

I

De su GUITARRA enmudeció el bordón,
ha perdido la voz, vive silente,
el tacto de los dedos ya no siente
de Pepe, al ejercer en él presión.
Frío se está quedando el diapasón
al faltarle el vibrar vivo y latente
de las cuerdas, que Pepe diariamente
les arrancaba a ritmo de canción.
La orfandad de sus dedos siente ahora
la clásica guitarra trovadora
y apenada se muestra sola y triste.
¡Le ahoga el sentimiento de la pena
y llora a grito abierto y a voz plena,
mientras dice! ? ¿José, por qué te fuiste?

II

Nadie responde a la pregunta hecha,
no hay objeción posible a este suceso,
su luz se le apagó, sólo fue eso,
que dejó de quemar su febril mecha.
Aprovechó la parca aquella fecha
y acudió de repente, y su deceso
certificó; y aceleró el proceso,
para así asegurar bien su cosecha.
En la tumba descansa Pepe ahora,
su alma se ha transformado en la cantora,
que eleva su canción en libre vuelo.
¡En su remonte va tomando altura
sobre las alas de la misma albura,
que le deja en el pórtico del Cielo!

III

También sienten las notas musicales,
que Pepe ya no está, que se marchó,
que hasta otra dimensión ayer voló
dejando aquí aparcados sus verdiales.
Igualmente a su genio y sus modales
ya el ambiente de menos los echó,
¡mas fue el recuerdo tal, que aquí quedó
de Pepe y de sus cosas personales,
que, bruno se ve todo el panorama,
desde las notas al mismo pentagrama,
la tristeza de lado a lado aflora.
Nada es igual que ayer cuando vivía
Pepe SABIN, que todo era alegría,
ahora cambió la suerte y todo llora!

LA CAJA, EL PUENTE, EL MÁSTIL Y LAS CUERDAS,
A PEPE CADA DÍA LO RECUERDAN…
Manuel Mejía Sánchez Cambronero (Ciudad Real)
Publicado en la revista Aldaba 15

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