miércoles, 21 de agosto de 2013

LA PALABRA

He renunciado a ser plomero​
gasista​
mecánico​
médico​
odontólogo;​
casi he sepultado mis vicios de músico,​
mis incursiones por la canción difícil;​
he desechado algunas otras opciones​
como la abogacía propensa al desamparo,​
la empresa grande chica o mediana​
- soy incapaz de ella -​
el mercantilismo ante todo;​
le he dicho adiós a la noble madera​
- quizás por falta de empeño -​
he conversado largas horas con el pincel y el lienzo​
hasta aburrirnos ambos,​
y he suspendido el latido del viajero​
hasta llegar al sitio donde me encuentro:​
en la casa primera,​
la palabra​
esa amante sin rumbo.​
                        ​
Conrado Yasenza
Publicado en la revista Molino Rojo y Fernet

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