En tercer lugar los cerebros de las víctimas
eran comidos por los naturales de la sociedad carnívora
y eso provocaba ansiedades en la tribu.
Por este camino se crearon las batallas de los Amadises
y los caballeros salieron a cazar doncellas
cuyos largos cabellos rozaban la cara
de los dominadores
en el momento de la violación.
Alfredo Veiravé
Publicado en la revista Poesía del mondongo
viernes, 23 de agosto de 2013
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