jueves, 22 de agosto de 2013

LA DUALIDAD A TRAVÉS DEL ESPEJO

El interior de la tienda de juguetes antiguos ostentaba un decorado lúgubre, gracias a los extraños
productos que le daban su identidad.
Sus paredes de ladrillos con paneles de ébano estaban atiborradas de toda clase de juguetes mecánicos; joyas que pertenecían a las civilizaciones y épocas más antiguas, así como a los dos milenios de la la Era Cristiana. Al señor Escher no le gustaba nada la apariencia de momificación que tenían: «El tiempo
que atesoran fue testigo de edades de verdadera oscuridad», pensó mientras se prestaba a preguntarle al anciano tras el mostrador por el juguete acordado.
—Aquí está —le contestó el propietario fijando sus ojos en los del niño que se estremeció de alegría junto a su padre—. Cuenta la leyenda que perteneció al Papa Silvestre II, quien también poseía una cabeza de bronce que respondía si o no. Aguarde, le explicaré como funciona.
En la soledad de su habitación, el niño puso en marcha el mecanismo del juguete. A mitad de una plataforma rectangular se alzaba un espejo. A cada lado y justo enel centro giraban despacio dos esferas de cristal a manera de globos terráqueos. Una cara del espejo era plateada y la otra negra. Del interior de la cara negra emanaba una fila de pequeños ángeles de juguete. Estos avanzaban moviendo graciosamente sus alas, rodeaban la esfera que se movía de izquierda a derecha debido al gentil toque de sus espadas y finalizaban sumergiéndose como por arte de magia nuevamente dentro de la negritud del
espejo. En el mismo punto, pero de la cara plateada del espejo, surgíanpequeños demonios color de fuego que trazaban el mismo trayecto, impulsando la rotación de su esfera de derecha a izquierda al aguijonearla con sus tridentes. Cada esfera, al ser girada, mostraba en su superficie cristalina imágenes fantásticas de tiempos míticos de la tierra. Una vez el mecanismo finalizara su ciclo el niño tenía que
intercambiar las esferas; y así ver a los ángeles y demonios haciendo rotar la esfera opuesta. «Es un juego divertido —pensó—... Sobre todo del lado plateado».

Odilius Vlak (República Dominicana)
Publicado en las revista digital Minatura 124

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