miércoles, 21 de agosto de 2013

EL OTRO PARAÍSO

Sólo me queda un cuenco de palabras
y una lejana urdimbre de canciones de cuna,
algo de aquel cincel que imaginó la vida
más inmensa que la vida misma.
Pocas cosas tengo ya: los años, sus errores
como cofres de equivocadas llaves,
una dulce penumbra donde aún cantan
los Ángeles que cada noche he reunido
y una dama violeta, como madre ensoñada
que siempre o casi siempre me encapulla.

II

El paraíso asombra y de tal modo
que es un asombro que llega hasta las lágrimas.
Nada más deslumbrante
que la penumbra piadosa de los templos,
Nada embriaga más en este mundo
que haber probado el fruto del alivio.
Y las alas que desde su cuna
la humana angustia puso al pie de sus sueños
pidiendo a los corteses magos de las fábulas
que no dejaran tan sola su torpeza de miembros
su vertical tortura hacia un cielo imposible.

III

De no haber ascendido vértebra a vértebra
hasta el erguido desmayo
que nos puso al acecho
y al mismo tiempo
al punto de un engañoso ascenso
hacia un refugio celeste que amparaba los ojos.
De haber sido terrenos
Veríamos que todo desde el cielo a la tierra
es profundidad al infinito
El edén de la hondura
La mirada inicial
El otro paraíso.

Del libro ANTOLOGÍA DEL DESAMPARO de MARTHA OLIVERI -Argentina-
Publicado en la revista La Gaceta Virtual 76



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