lunes, 12 de agosto de 2013

DESTIERRO EN VIDA

Viviré donde le agrade a mis bolsillos
cobijado en esta tierra de ladinos.
Mi estampa será por siempre el camuflaje
de cemento en los escombros del paisaje.

Atrás quedaron los caminos infinitos,
los que nacen sin comienzo ni destino
conformados por caprichos celestiales,
laberintos de libérrimos canales.
Atrás la vida que solo comenzaba
cuando el sol despuntaba en agua clara.
Atrás los cuentos de mi leve infancia
henchidos de miradas, de complejos y de magia.
Atrás quedaron mi inocencia, el candor,
Atrás quedaron la impaciencia y el fulgor,
los sofocos de un pequeño caballero
por querer abominar del mundo viejo.

Solo queda en este loco y viejo mundo
la fe en el cáliz de lo cierto más absurdo,
solo queda en este mundo viejo y loco
soñar que todo es sueño, soñar, pero poco.

Gustavo González -Valladolid-

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