jueves, 22 de agosto de 2013

BREVERÍAS

2886
He subido a tu casa, sin aviso;
mas antes de llamar, se abrió la puerta.
¿Será, tal vez, que se me da permiso
para que te seduzca o te pervierta?

¿O es más directo y radical tu intento
de adoptar el control, la iniciativa?
Yo, que me ajusto al ímpetu del viento,
también aceptaré tu alternativa.

2887
Más en tu piel que en tus palabras creo;
el cuerpo habla en directo, y el lenguaje
no es más que un traductor, un emisario.

Cada gesto o temblor o titubeo
telegrafía un íntimo mensaje
que la voz adultera de ordinario.

2888
Al escribir, no ofrezco soluciones,
ni respuesta a las dudas de la vida,
a sus interrogantes o dilemas.

Abro el pecho y libero las canciones
que me susurra el alma estremecida.
No hay más significado en mis poemas.

2889
He de morir un día, y mis cantares
quedarán bajo el polvo, o en la sombra,
tibia su luz, su resonancia ausente.

Lancé mi voz a gentes y lugares
que los olvidarán; si alguien me nombra,
“¿Quién es?”, tal vez preguntará la gente.

Pero escribí, canté, porque eran mías
tristezas, añoranzas y alegrías

2890
¿Has escuchado, y entendido, el canto
del pájaro en la jaula prisionero?
No le digas canción, sino gemido.

Tanta nostalgia, y orfandad, y llanto
tiritan en sus notas, que es de enero
más que de abril y mayo su sonido.

Hace frío entre rejas,
y quien su libertad haya perdido,
no tendrá himnos de gozo, sólo quejas.

FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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