martes, 13 de agosto de 2013

AIRES PROVINCIALES

¡Qué dulce la grata
sombra del platanero!
Sus ramas se entremezclan
formando tejados verdes
donde descansan las avecillas.

Aires provinciales que traen
recuerdos de esa infancia
que jugaba entre las calles,
y con el toque del Ángelus,
el rezo de mi alma.

Y en la plaza suelos de arena,
rodeada por casas sobrias de piedra,
paredes donde se apoyaban
los ancianos con sus largas pipas.

Y pasaba el cartero
en su vieja bicicleta
que resonaba con chirridos
a vuelta de pedal y ruedas.

Y por allí el afilador,
con agudísimos tonos.
Y las mujeres en delantal
corrían con sus cuchillos y tijeras.

Y ya llegaba el domingo,
con nuestras mejores galas
escuchando el sermón
de Don Marcelo,
en una iglesia abarrotada
de santonas con mantillas
que se miraban de reojo.

Y desde el Kiosco
sonaban los pobres instrumentos
de los músicos del pueblo.
Melodías sencillas,
intimas y plenas
como los corazones
de los que escuchaban.

Ana María Lorenzo.

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