Ahora que aún no estamos
arrugados como pasas,
que mis pechos y nuestros culos
están lozanos y turgentes,
ahora que el deseo ha regresado
a nuestra casa con hirviente
y candente expectación,
ahora que aún no somos
babosa gelatina verde,
que no te importa la incipiente
lorzita que asoma tras mi ombligo,
ni las cesáreas cicatrices que
adornan mi monte de Venus,
ahora que tu prepucio se me antoja
terso y suave como el capullo
de una Feijoa floreciendo,
que siento regenerarse un himen
mil veces desvirgado con cada nota
magistral de tus dedos,
ahora que aún no es imprescindible
el vibrador sin pilas del cajón,
ni el irrisorio disfraz de enfermera,
ni los látigos esposados al cuero,
ahora que aún es posible que nuestra cama
se convierta en un nido de
íntegras perversiones, solo de dos
ahora que mi cuerpo es el perfecto
cepo de tu erecto miembro hambriento,
que aún somos capaces de un
acoplamiento perfecto,
y que todo tú vuelves
a ser todo yo,
ahora que aún no estamos arrugados
como pasas, ni somos lacónicas
esquelas de un ayer
Ahora por fin,
me encuentras en el reverso
de tu mirada.
Del libro Retales de estrógenos de Eva Márquez -Madrid-
martes, 6 de agosto de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario