Hija, es bueno que ya no estés
aquí donde desde el principio mueren ya los muertos
mis manos están ahora ya libres de las cosas
bajo nuestro sol bueno sólo para el sueño
inscrito en sangre
entre tú y las manos pusieron el cielo
y además, los peñascos y el agua
y en la fría palma llevan tu libro
vacío, educativo y sagrado
y qué sea así, hija
dijo y ocupó una antigua y abandonada tumba
Boris Domagoj Biletić
Publicado en la revista Arquitrave 53
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