Me preguntó el porqué de la providencia
que tanto se esfuerza en distanciarnos
si lo que realmente hemos deseado
es fundirnos el uno con el otro.
Saboreando el llanto amargo
que resbalaba sobre tu rostro
entre los bajíos de la tempestad
que barre nuestros sentimientos.
Ausentes, entre el repiqueteo de las gotas de agua...
Ausentes, siempre en el mismo punto de partida...
Ausentes, soñando despiertos por un mañana mejor...
Ausentes, abrazados en el linde del amanecer...
Desde el momento que has perdido
las cadenas que te encallaban
a todos los temores de siempre
que te impiden reconciliarte.
¿Qué demonios importa haber depositado
tu confianza en las manos equivocadas?
¿No sirve de nada haberte concedido
una valiosa segunda oportunidad?
Recuerda que la vida nos ofrece una amplia
gama de elecciones de las que nosotros
somos los dueños de aceptar o destruir
entre un tornado de emociones insensatas.
Ahora es el momento de hundir el lastre
que te ataba a las ruinas de otra persona
sin aportarte nada sustancioso o positivo
buscando una nueva dirección en el mañana.
ALEXIS BRITO DELGADO
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