Yo ya adivino el mundo del futuro
si no reina cordura entre los hombres.
Puede llegar a ser difuso abismo
mimetizado el día con la noche,
o convertido en sitibundo páramo
desprovisto de pájaros y soles;
donde en lugar de selvas lujuriosas
habrá un espacio yermo, calvo, informe,
y como mudo espejo sin memoria
se esfumarán paisajes y colores.
¡Destino incierto ha de tener la Tierra,
si se sume en un mar de sinrazones,
si el oro, destilando su impureza,
reniega de principios y valores!
Es que sólo el Amor podrá agostar
miserias que aridecen y corroen,
pues es el manantial de donde brota
la fe que sueña un mundo sin dolores.
Porque el Amor es seda para el alma,
es joya espiritual y nuestro Norte.
Amar las aves, libres como el viento,
amar al desvalido, al viejo, al joven,
amar a niños, y árboles, y ríos...
y desear que sepulten sus rencores
los pueblos, hermanados codo a codo;
podrá avivarse aquel ideal, entonces
ya que el tiempo a venir será más justo
porque de paz se habrá inundado el orbe.
Del libro Semillas de vida de
ROBERTO NISTAL -Argentina-
Publicado en la revista deliteraturayalgomas
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