Pablo, estás y no estás
oculto tras el cristal del tiempo.
Observas desde el rincón preferido y melancólico del pasado.
Sal de allí, ven a compartir
unos pocos poemas navegados
en el vaso espumante de la amistad.
Sal a platicar de arenas y mares lejanos
detenidos entre vigilia y posteridad.
Allí donde se va y no se regresa.
Por hoy, Pablo, haz un esfuerzo,
estamos en tu casa de anclas y mascarones de proa
a pronto a zarpar
del territorio de tus versos,
con un soneto a punto de que estalle en los labios
y una copa vacía que se rebasa en sueños
por tu ausencia.
MARIANELA PUEBLA
Publicado en el blog marianelapuebla.wordpress.com
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