Me gusta cuando silencian las balas,
porque cuando callan
quedan obsoletas las armas
y nacen bonitas palabras.
Me alegra la mudez de la ira,
ya que le tapa la boca a la mentira
y entonces canta la alegría
y suspira enamorada una lira.
Me fascina cuando el hambre se calma,
pues ríe contenta la barriga
y un corazón feliz derrocha energía
y hace siesta la rabia y el coraje.
Me sorprende la sabiduría,
ya que dice lo necesario
y al ignorante lo reprende con locuaz vocabulario
y al torpe le hace caminar con hidalguía.
Me asombra la naturaleza,
ya que sabe amalgamar con fineza
las estaciones y el ecosistema,
se vuelve dúctil a quien la trabaja con firmeza,
y a quien la hiere,
le golpea vehemente
y con fiereza.
Me ilusionan los que leen un libro;
se sana la mente ilustre
y no se llena de retórica o embustes,
se alimenta de buen conocimiento
y aplica lo que va aprendiendo.
Me anima quien saluda muy atento,
las personas de buena urbanidad,
los que son útiles a la sociedad
y los que locos de contento
andan en cualquier lugar sueltos,
sin pensar hacerle daño a los demás,
y sin importarles el qué dirán.
Me satisface el Amigo
que su único interés
es hacerse querer,
sin esperar que le devuelvan con añejo vino
o le llenen el bolsillo,
o le retribuyan con halagos,
o un falso placer.
Me enseña sobremanera
quien corrige mis yerros,
y me abruma los halagos
con trazos hacia fuera,
más, cuando lo brindan con aplauso de entereza,
me emociona y me impulsa
a mejorar lo que hago.
Me inquieta una corrección asertiva,
pues eso invita a ser prudente,
me ayuda la persona paciente
que tiene la virtud de explicar con moderación
para aprender la lección.
Me gusta el susurro de mi amada,
me importas tú, Amigo veraz;
son motivo fundamental para sentirme vivo,
y que vivo en un mundo congestionado,
pero que tiene espíritu para vivir en paz.
ALAN OSLON (ALIDES ANTONIO LONDOÑO OSORIO) -Colombia-
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