POR LA MADRUGADA

Pensaba si no era tarde para escribirte versos...
es que el insomnio
me llegó
con el calor de las sábanas
y la ternura retozando
libre en la almohada.
Mis letras quieren hablarte
desde aquí, con sabor a incienso...
a verdad amontonada
todavía en mi pelo.
Se me impregnó el perfume de tus besos, apretado
en un adiós desaliñado
para soportar los días venideros.
Tus dedos se quedaron en el vuelo de mi espalda
viajando lento... como si no quisieran que olvidara
el néctar que llevan dentro.
Pensaba si no era tarde para escribirte versos...
desde mi cama... hasta la sombra del reloj y el tic tac de tus sueños...

Norma Pérez Jiménez