lunes, 4 de julio de 2016

LOS VISITANTES


Escucho sus voces en mi casa
sus palabras sosegadas
que llegan como música imperiosa.
Me acompañan desde niño
desde la noche de los tiempos
cuando pervivía la palabra
y el caos era el lenguaje de las sombras.
Hombres sabios que me contemplan por el espejo
que asoman sus manos fantasmales
por la boca de los cuadros.
Hombres que reposan con su imagen de iniciados,
de videntes,
transeúntes de las noches olorosas
antiquísimos poetas, pasajeros de los astros;
ojos de agua, manos de fuego,
dulces voces del viento
llegan a mi casa
como un soplo
como un silbo bordeando el bosque de los sueños.
Agua de poetas
por el caño de la memoria
dictando versos viejos
paisajes remotos de la espuma.
Llegan a mi casa
como lluvia de cantera
a mirarme con sus ojos
como diciendo, como preguntando
¿cuál es el séquito donde debemos agruparnos?
¿cuál la cohorte de los iniciados?
Antiquísimos poetas
sus voces retumban como piedras
sus anchas voces se levantan como abetos
como colmena rebosante de ámbar
de dulce miel para nuestros labios clementes y mortales.
Poetas de la muerte y el silencio
de las esferas más remotas,
de las esloras más delgadas
¿por qué visitar mis vientos y mis arcas?
¿por qué mi humilde tren para silenciar su viaje?

Del libro De regreso a Schuaima de Winston Morales Chavarro -Colombia-
Publicado en Editorial Alebrijes

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