Debajo de un limonero
me sentía ilusionaba,
y aquel beso fue el primero
del limón enamorada,
del hijo del secretario
y ahora, es casi un calvario.
Pasaron palomas blancas,
como algunas codornices,
pero a trancas y barrancas,
nos comimos las perdices
despertando los demonios
como en tantos matrimonios.
¡Quisiera ver la hermosura
de aquella brillante estrella
radiante como ninguna
plasmando con mi amor su huella,
con luciérnagas en la hierba,
que la pasión, aún me hierva!
Me visto de fantasía
con mi abanico de amores
si respiro cada día
el perfume de mis flores,
extasiada con el verso
positiva en mi universo.
Con el nácar de mi roca
calmo con mi amor la sed
del manantial de su boca,
la misma boca de ayer,
pues lo espero todo el tiempo
enamorada en mi templo.
¡Deseo engañar al alma
sin arranques de rencor,
para proteger mi karma
con ternura y mucho amor,
y sentirme sosegada
siempre, siempre enamorada!
María Sirena Matri Mar -ESPAÑA-
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