Sobre el crepúsculo multicolor de nubes encendidas
con el alma libre y la mirada altiva
vuela la garza de nívea blancura
semejando en su raudo vuelo
un hada estival de angelical ternura.
De repente, en ágil y silenciosa caída,
precipítase en las verdes aguas del estero
tras la estela refulgente del nicuro
que en vano escapa a su acechanza.
Espinas contra pico se baten un instante
en fiera lucha de espadas contra lanza
mas vence al fin, la cruel volante.
Mece sus alas con gracioso esmero
expulsa el agua del guargüero
y vuelve el rapaz a su mortal andanza.
ABEL RIVERA GARCÍA -Colombia-
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