Es extraño el mar, de ostras oscuras,
de olas transparentes, y traidoras,
las miserias de los hombres, se han vuelto,
suspiros, que nadan, las olas de tus cabellos,
oh, sublime, mar, eres como mis manos, en el espejo,
se agigantan a los tres días de muerto,
que siniestros pensamientos, tienes, oh mar,
tus dientes muerden, mis neuronas, encendidas,
de azul marino, y de frescas notas, en el teclado,
de esperanzas marchitas, en pasos, sin sonido,
en sombras de escarcha, en el agua del mar.
Oh, mar, que cobijas a los muertos, inocentes niños.
que buscaron el amor en tus aguas, fosforescentes y divinas.
flotan tus aguas, en mi sed, en mi garganta, pálida.
Dime mar, tú que has muerto muchas veces, que muerte,
ronda mi sien, mis algarabías, de pájaro castaño,
para huir de las conferencias, sobre tu naturaleza,
tus caminos, se han vuelto, iglesias serpentinas,
olvidadas, oh, mar sácame, esta angustia,
llévame a encontrarte, se deshace mi corazón, en nada...
Réntame, tu cobijo de perlas y blasfemias,
camino a gatas, el pensamiento atroz, cansado...
Oh mar, tu naturaleza y la mía, maldita está...!
Gerar Diaz.
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