La educación de los niños es un tema de vital importancia. En mi opinión, resulta axiomático el que de la manera que se eduque al niño, así será el desarrollo de su personalidad en el futuro. En nuestras manos está gran parte de responsabilidad de darle, mediante una educación correcta, los valores fundamentales de la vida, los cuales a mi entender hará que se conviertan en personas con mayúsculas. Desde luego que la educación de un niño no resulta nada fácil. Es una tarea bastante ardua llevarla a cabo porque representa un proceso complejo y complicado. Los padres que tengan hijos en edad infantil por experiencia propia conocerán personalmente las dificultades que conlleva su educación. En la actualidad el ritmo estresante que impone esta sociedad tan competitiva que nos ha tocado vivir, hace que los padres no estén el tiempo necesario con sus hijos. Esta circunstancia supone que en infinidad de ocasiones los padres no se den cuenta de como sus hijos van creciendo día a día y preparándose solos para defenderse ante los futuribles avatares de la vida. Una peculiaridad que motiva que sean los propios hijos quienes se autoimpongan su particular educación. En la mayoría de ocasiones resulta errónea porque ese proceso de aprendizaje lo van recibiendo a través de unos medios que mayormente no son los adecuados para este fin, como tampoco nada recomendables para que proyecten su personalidad y conducta hacia el futuro. Por desgracia en la actualidad tanto la televisión como Internet, y en especial el teléfono móvil, se han convertido en potenciales y perniciosos "instructores educativos" de los niños en general. Todos conocemos sobradamente la excesiva información tóxica que acostumbra a llegarnos a través de estos medios: la abundancia de pornografía y violencia gratuita son una constante, así como el impulso de consumismo. Es una obviedad el que toda esta publicidad nociva perjudica de forma seria el desarrollo mental del niño porque son como esponjas, ya que todo lo que reciben literalmente lo absorben. Desconozco hasta que punto de valoración y capacidad de raciocinio puede llegar a alcanzar su cerebro cuando va almacenado toda esa información tóxica que percibe, pero no admite duda de que una acumulación desmesurada de la misma acabará por lastrar perjudicialmente su desarrollo mental y estoy seguro que a largo plazo de tiempo creará dañinas secuelas en su cerebro que irán repercutiendo de manera perniciosa en su conducta adulta. Otra problemática que existen con los niños es que éstos siempre tratan de imitar el comportamiento de las personas mayores, por lo cual es frecuente que copien sus mismos errores. Por ejemplo, si observan que los adultos resuelven con violencia las disputas, el comportamiento de ellos tendrá el mismo rol agresivo en situaciones parecidas. Por esta razón se hace indispensable aconsejarles que traten de copiar lo menos posible los defectos para evitar que tengan luego problemas en su edad adulta. A este respecto dejó escrito hace ya 2.500 años el gran filósofo griego Pitágoras esta contundente frase: "Educa a los niños y no será necesario castigar a los hombres". No cabe duda de que resulta demoledora esta máxima lapidaria del gran filósofo griego, que fue escrita hace ya más de dos mil años y que en pleno siglo XXI aún nos invita a reflexionar con el fin de que seamos conscientes de la importancia vital que tiene educar a los niños dentro de los valores esenciales.
Rafael Valdemar
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