Como el zumbido de la abeja, seducida por el néctar que fluye de la flor, así me atraes hacia ti...
Como el sonido del arpa, que deleita con sus arpegios hasta relajar el alma, es tu voz a mis oídos...
Haces arder el fuego de mis pasiones, hasta consumir cualquier otra idea que no sea poseerte...
Desatas el morbo que esconde mi naturaleza, hasta acabar con mi moral...
Despiertas sórdidos pensamientos mientras te contemplo..., basta con que roces mi piel, para despertar ese instinto que con celo guardo...
¿Cuál es tú secreto...?
¿Qué es lo que se oculta dentro de la exquisités de tu cuerpo...?
Liberas mis pasiones, que con las cadenas de la abstinencia habían quedado olvidadas...
Descargas el furor de tu fuerza apasionada con delicadas caricias que recorren mi cuerpo...
Alimentas poco a poco, ese fuego que fulmina las llamas de mis deseos...
susurras a mi oído, palabras extraídas de no sé donde..., pero vienen implícitas con la manifestación de tu deseo...
totalizas con tu presencia cada rincón de mis atenciones...
Es un momento saturado de magia, lleno de mística...
Termino extasiado..., pretendiendo prolongar el tiempo para compartir la brevedad de ese momento...
Soy tu esclavo..., soy tu siervo..., soy tu marioneta, cuando se trata de amar...
Martín Rivera
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