Marchita brisa, y vuela mi verano,
así se irán mi luz y mi alegría.
Me envuelves en tu nube gris y fría
llegaste tornadizo, dios pagano.
Te ocultas en el oro de tus hojas,
tus seductores días son de ensueño,
pero calvas tristezas y eres dueño
de profundas y oscuras, mil congojas.
A tu viento y tu lluvia yo recelo,
desde mi mustio, muy turbio cristal.
Belleza dolorosa que a mi mal
alimenta al pasado y un desvelo.
Me veo en primavera, tan feliz,
el olor de las flores era el mío.
El otoño en mi vida es un desliz
que me trae amargura, harto de frío.
En mi espejo quedó su cicatriz
y ahora es al invierno que yo hastío.
Del poemario Mis Ojos de
Nelly Vega-Sorensen -Puerto Rico-
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