CANTARES DE MI TIERRA

El sol con brillante rayo
rasgó el velo de la noche,
y respondió sin reproche
el dulce canto de un gallo.
El turpial alto en su tallo
cantó saludando al día,
y desde la lejanía
salió el jíbaro a entonar,
su más hermoso cantar,
canción de la serranía.

Un concierto de mañana
se escucha en el alto monte
y se pinta el horizonte
de una hermosa resolana.
La rosa que se engalana
muestra su bello color.
El campo con su folklor
hasta el cielo va llegando,
cuando se oye cantando
el jibarito cantor.

Dentro de los platanales
se improvisan las canciones,
como si fueran creaciones
de maestros celestiales.
Con sus notas musicales,
con talento y con tesón,
liberan su inspiración
para su terruño chico,
brindándole a Puerto Rico
versos de su corazón.

El zorzal y el ruiseñor
comienzan desde temprano,
regalando al Borincano
cánticos de paz y amor.
En el jardín cada flor
engalana sus colores,
y entre capullos y flores
el sentimiento se aferra,
para cantarle a mi tierra
que es cuna de mis amores.

Luis Salvador Trinidad