Yo que soy un apátrida
de esta Terra de la imaginación y el sueño
he venido a Schuaima
como una vocación a las alturas
y una satisfacción silenciosa de los viajes.
Yo que soy un apátrida
de la independencia y el delirio
trazo mis puntos cardinales
bajo los velámenes del barco
y tejo un mundo en el sepulcro
para mi cuerpo fatigado por las sombras.
Yo que soy un paria
de la razón y la locura
niego cualquier posibilidad de raciocinio
y afirmo toda matriz
de la imaginación y la paranoia
para enfrentarme a la desnudez del universo
y a la porción fantástica de su música.
Yo que soy un apátrida
de esta Tierra inverosímil y olorosa
he venido a Schuaima
gracias al eco de la acequia,
a la voz ancha del yarumo,
a los cantos luminosos de la selva.
Yo que soy un paria
entro desnudo a los reinos de la noche
sin más pretensiones
que los de la propia belleza,
sin otros objetivos
que los del puro suicidio;
en este lento resultado de la tarde
en este sabio paradigma de los sueños
-lejos del compromiso activo
de los que permanecen sólidos
sobre el bosque de la vida-;
yo que soy un apátrida
entro vigoroso a los principios de la muerte
a las puertas dulces y seniles
de Aniquirona y sus colinas.
Del libro De regreso a Schuaima de
Winston Morales Chavarro -Colombia-
Publicado en Editorial Alebrijes
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