lunes, 4 de julio de 2016

INMIGRANTE


Dejé mi tierra y mi campo florecido,
perfumado con olores del destino.
Y vengo en patera, en frío húmedo
cruzando el estrecho, en un mal tiempo.
Con el oleaje enfurecido,
con un temblor en el cuerpo
y un sudor de muerte.
Nadie escucha mi llanto
solo el mar y las olas gigantes.
Mis lágrimas son negras como la noche
mis heridas del alma son sangrientas.
Vengo en busca del futuro
al destino ausente.
Con un mareo en mi cabeza
solitario y amarillo el rostro,
del miedo que tengo en mi mente.
Los sueños de mi vida
siempre están por delante.
Llegué, al otro lado consciente,
con la ropa mojada y descalzo
caminando en un bosque lleno de hojas tristes,
removiendo los pensamientos del pasado,
con la esperanza constante.

Malika El Bouzidi -Conil-

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