viernes, 10 de mayo de 2013

NÁUFRAGO


Y yo, barco perdido bajo cabellos de abras,
lanzado por la tromba en el éter sin pájaros,
yo, a quien los guardacostas o las naves del Hansa 
no le hubieran salvado el casco ebrio de agua,
Rimbaud

El viento helado de tu boca
que ya ni me nombra
cierra las puertas
que una vez abrimos juntos.

Bajo las escaleras
danzando con los pies del vértigo,
nunca antes estuve tan cerca
del abismo.

Una isla me ofrecen
las hienas de bocas putrefactas.

Un granero, un puente, ofrecen
para dormir
las arpías que afilan sus garras
como las viudas negras
afilan sus cuchillos
para acuchillar a sus infieles amantes.

Ser náufrago sin ahogarse
en el intento
es esfuerzo sobrecogedor,
es la moneda de cambio,
la consecuencia, el castigo
que por mis actos de libertad
unos jueces de pacotilla
han decidido imponerme.

El viento helado de tu boca
que ya ni me nombra
amenaza con arrasar
esta isla
en la que poco a poco
va pereciendo el náufrago.

Escrito en Isla de Slovadar en 1923 por Eleon Bratques -Bielorrusia- traducido al castellano por Fielding Jones.
Publicado en el blog reflexionesenellimbo

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