Solo soy hojarasca en la danza del viento e inseguridades,
sin rumbo que avizore el norte de mis plegarias hastiadas.
Solo soy junco postrimero de sus lágrimas adormecidas,
arrastrando su cuerpo doblegado por la borrasca interna.
Me torno flor para sentirme pétalo en la caricia del tiempo,
aunque se marchite mi sierpe y agonice en las deserciones.
Me vuelvo trébol sobre la grama de mis remansos muertos,
buscando la suerte que arañó esta desesperanza diamantina
Desnudo mi alma en la palabra que no menciona el sollozo,
anidando en los silencios la nostalgia que devora los internos.
Desierto de temores mis oasis de quimeras anhelan vuelos,
aunque sus alas se entumezcan en la sombra de laberintos.
Peregrino ya sin la vestidura de los quebrantos malolientes,
para que la brisa roce mi piel que renace en el mirar distante.
Transito por el valle de la muerte que arrumba a mi aliento,
para gritarle que estoy de pie junto a su sepulcro… pero vivo.
Porque doblega el pretérito los pasos que no pueden darse.
Porque llora el destino cuando se estanca en sus presentes.
Porque soy estambre hilvanando mi propio futuro que espera.
Porque soy mañana renaciendo… como oruga en mariposa.
Diego López (Argentina)
DE FACEBOOK - 6187 - UN POCO MÁS ARRIBA DE LA PICOTA
Hace 10 horas
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