Si yo pudiera escribir
lo que mi corazón siente,
no sabría qué decir
pues miserable es mi mente.
Camino que recorro
con los ojos vendados;
tristezas que escondo
por senderos de despojos.
Dicen que ángeles me acompañan,
pero mis ojos están cerrados.
No ven, no oyen…
y cada día mi voz más lenta.
Dime Tú, si existes,
oculto bajo el suelo;
océano o montaña,
sabor a luz de roca.
Oigo tu risa.
Risa que no turba y espanta.
Soy páramo con eco de latidos.
Tú dices: ¡Basta!
De dolor estoy llena,
desnuda de simientes.
Allá perdida en el vacío
de mi propia ignorancia.
Y dicen que trazaré finas siglas.
¡Necias, borrascosas e imberbes letras,
que sólo son pétalos secos
de mi propia cosecha!
Ausencia divina siento,
ausencia de amor,
ausencia de mi propia vida,
¡Tantas ausencias!
Ausente soy
de mi propio ser.
Ausente camino
que no sé ver.
Ana María Lorenzo
DE FACEBOOK - 6187 - UN POCO MÁS ARRIBA DE LA PICOTA
Hace 10 horas
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