Me habla el viento
golpeando la ventana.
Son palabras sin letras,
son gemidos indoloros.
Me habla el viento
mientras levanta las olas
que me cubren el cuerpo
humedeciéndome el pensamiento,.
Yo no hablo, miro
y mis ojos sorprendidos
levantan de golpe
un sinfín de sensaciones.
Yo no hablo, sino que siento
en los dedos, en las piernas,
un inquieto cosquilleo
que me ilumina la existencia.
Del libro inédito El beso de la muerte de JOSÉ LUIS RUBIO
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