La muerte ha roto ataduras
liberándote de desasosegadoras y malignas
ideas que entenebrecían
tu mirada suspirante.
Ya no ven tus ojos decrépitos
el gris perfil de mis manos
que se pierden en el vacío
buscando tu sonrisa ausente.
Ya no me cuentas, con labios trémulos,
antes de irme a la cama,
alucinantes historias inventadas
que me sorprendían y asustaban.
Los caminos perdieron tus huellas,
la mar olvidó tus caricias,
el viento el ondular de tus cabellos,
la lluvia el seco sabor de tus labios.
No sé si ahora me estás viendo,
y te ríes de mis pensamientos.
No sé si me estás riñendo
por no entregarte mis besos.
Se ha abierto la caja de los sueños
sobre un mar de olas encrespadas
y se han extendido por cielo y tierra
destruyendo y construyendo nuevas realidades
y distintas situaciones vitales.
Del libro inédito El beso de la muerte de
JOSÉ LUIS RUBIO
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