sábado, 11 de mayo de 2013
ANÁLISIS
Era del corazón fuerte latido,
era la turbación de la cabeza,
era la excitación de los sentidos,
del animo y sentir, la fuerza era.
Era de la ansiedad, culpable cierto,
era del apetito continencia,
era temor, sin razón ni motivo,
y del reír sin causa, causa era.
Era de la ilusión llama constante,
era para vivir, segura espuela,
era soñar en la vigilia activa,
y en vigilia pasar noches enteras.
Era volver de nuevo a ser un niño.
Era locura, turbación, entrega,
era ilusión, sufrimiento, alegría...
En un mundo sin él, el amor era.
José María Hidalgo
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