I
Esta noche ha sido develada la vastedad de su reino,
el paisaje innegable de esos ojos
que me observan,
sin emisario alguno que le cuente
lo que sucede en este, murallas hacia adentro.
La abrumadora distancia entre uno y otro territorio
parece acortarse por momentos.
Así se ha mostrado sin temor alguno.
Tiene el poderío, la firmeza en su voz
cuando menciona mi nombre.
el don de mando que me inquieta
cuando los perros aúllan a media madrugada
imponiendo su guardia.
Y sé que ahí, afuera,
contempla y calla esperando dar un paso más.
Él, el de las pocas palabras
que no acepta un no por respuesta...
F. Aranza Muñoz -México-
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