Era la dama de las nieves
La conocí en el diecinueve,
En una montaña nevada
Donde estaba resguardada.
Todo era tranquilidad
Con los animales, cordialidad
Pero hacía mucho frío
En especial, en el agua del río.
Todo era pureza
Por ello era la naturaleza,
Fraternidad entre todos ellos
Con algún que otro destello
Que proporcionaba la luz solar
Un poco polar.
Entendía sus idiomas
Les intercalaba las comas,
Amansaba a los animales
Con actitudes paranormales.
No entendía lo que decía
La contemplaba con melancolía
Era una dama tan bella
Que, a bien seguro, sería una estrella.
De cabello moreno
Tenía una corona,
Hecha de cuernos
De algún reno fallecido
O algo así, había entendido.
Ahora es la reina de mi vida
Y le gusta hacer la comida
Mientras cuido de los animales
Siempre tan vitales.
Me robó el corazón
Con un beso de pasión,
Y por la noche
Bajo el testigo de la luna
Siempre hay un buen broche
Con mi bendita Fortuna
Que es el nombre de mi esposa
Cada día tan fabulosa.
Ya contamos con dos criaturas
Que nos ha dado la natura
Con los nombres de Sol y Luna
Que son mis otras dos fortunas.
JAIME ALEGRE LASTERRA -Barcelona-
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