En un lugar de la Sierra
un bar lleno de gente,
Unos juegan a las cartas,
otros beben aguardiente.
Un hombre desaliñado,
de apariencia vulgar,
se alza de su asiento
en un rincón del bar
tropieza con las mesas
y comienza a caminar.
—¡Llena mi copa, tabernero!
—No señor, ya basta.
Responde el aludido,
—Márchese a su casa,
antes que le haga daño
el vino que ha ingerido.
—¿Daño…? Qué sabrás tú de eso.
Daño es tener una cama grande,
y hallarse solo en ella.
En vela, pasar la noche
mirando las estrellas.
Atento al ruido de la calle
por si un coche llega
y se para en la puerta.
Daño es no recibir
a las llamadas respuesta.
Vivir en eterna espera.
dejando la puerta abierta.
Daño… ¡Ja,ja,ja...!
¿Qué sabrás tú de eso?
En servir copas y fregar vasos,
tabernero, eres maestro
Saber que ella está con otro
Que otro se bebe sus besos,
se come su boca
y me roba su cuerpo…
Que ella te ignore
tal si hubieras muerto…
Que el amor no existe,
Al fin he comprendido.
Son otros los intereses
los que mueven este mundo
frío y enloquecido.
Como perros y gatos,
pobreza y amores están reñidos,
los intereses mueven pasiones,
y asesinan el cariño.
¿Daño…? ¡Ja,ja,ja!
¿Qué sabrás tú de eso?
Saber que ella está con otro
Que él se bebe sus besos,
se come la fruta mía.
bebe agua de mi fuente…
mientras de sed yo muero
un poco más cada día…
¡Venga ya, tabernero!
Ya no quiero copa,
déjame la botella,
a ver si reviento!
Del libro A corazón abierto de
Juan Pan García -Puerto de Santa María-
No hay comentarios:
Publicar un comentario