En límpida imagen, él,
con moceríos varios, vivo,
jovial ante a mí lo vi
dinámico, hasta festivo.
Sin quitar mi vista fiel,
le demandé intrigado:
¿dónde estás?¿estás bien?
¿cómo es ahí?¿es lindo?
…estoy bien, no te inquietes,
fúlgido es. No nos vemos,
mas existimos, sonriente
me vio, reflexivo dijo.
A los lados, sus amigos,
agradables, me veían
en dorado labrantío
ante mí se disiparon.
He soñado, sorprendido,
verlo claro, hablar con él,
en casa, y cuestionarme
por qué se fue tantos años.
¿Y la pena de mis padres
de sus hijos, sus hermanos?
Mas gozoso soy al verlo
¡brioso y gentil otra vez!
Omar Aburto -México-
Compartido por Ana del Pozo
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