sábado, 15 de junio de 2019

PADRE


Hoy llegas, padre,
eres gota conocida
en la lágrima que te añora.
No hay día para olvidarte
ni fecha que te conmemore.
Soy un pedazo de ti
vagando por la vida,
tu única niña
en la piel
de esta mujer.
No fue fácil, lo sé…
Venías de un mundo
en blanco y negro,
un planeta azotado
por el acoso
lacerante de la crueldad.
Te tocó vivirme
cuando el cosmos transmutó
a mil colores
y jamás entendiste
el ojo irreverente
que buscaba su camino.
Entre faldas cortas,
la Remington,
Dylan y su Blowing in the wind
y la aquella lastimada Elegía de Serrat,
cuando Ramón Sijé
moría como un rayo
y yo me moría con él.
La Pentax y el laboratorio
donde me encerraba
a descubrir la magia
de tantas fotografías
y tú, allí,
sin saber qué hacer.
¿Cómo podías saberlo si yo tampoco lo sabía?
Soy carne
entre el poro que me hizo,
rostro que anhelo tocar
con las mismas alas
que te alejaron
y si no fue fácil entonces,
hoy es más complicado todavía,
ya no puedes,
ya no puedo…
La guadaña es un filo
repleto de injusticias
y reniego su fustigo,
lengua que flagela
tan imperdonable
silencio.
Te quiero aquí

en mí ¡Ya!
El dolor solo puede escribirte
imaginando que mi palabra te alcanza,
que mis manos son pájaros que te vuelan
y que en esta noche
de desvelos de garganta,
estás mirándome desde la luna.
Te abraza el rescoldo
que gime,
sueño extraviado en el vahído
de haberte
perdido.

Scarlet C

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