martes, 22 de enero de 2019

Y ME DUELE


Y me duele hondo muy hondo, lo descubrí apenas un par de horas, como te entregaste a esas constelaciones, vividas y de sueños abiertos, esas grutas húmedas que te avivaron, esas que te llevaron al delirio donde dejaste de ser tú tal cual eres, y te volviste cristales azules, bajo la lluvia de avellanas, a la espera de ese dia poblado de invitaciones, desde entonces amaste las líneas paralelas, paso a paso sin alcanzar su mano, cada avenida y sus candeleros, cada esquina, cada parque, se quedó con un poco de tu esencia desgarrada de tanto querer, entre colores y el magenta, risas fantasmales y pasos largos se volvió ligero en pensar y se llenó de nostalgias el sentir, en cada calle se quedó quebrado el abrazo, el motivo negado, las ganas de reír.
Desde antes de ser hombre, eras libre, corriendo acantilados, mirando con desdén la pobreza del alma, que se vende por ambrosías, libre como la brisa del sur despeinando cabelleras, eres libre desde que bebías luz de luna en aquel abrevadero donde conociste tu rostro y la piedra que esclaviza tu paso, legendario y real, aunque parezcas un ángel, de sangre y sudor bañas tus caminos, en cada faena, en cada desquicio y emerges como semilla que puebla la tierra.
Quiero encontrarte en esa gruta, libre de estigmas y prejuicios, donde alcances mi mano sin paralelos, con sinuosos movimientos, que me descubras en tus palabras, que me fundas entre tus brazos, que no compares, sin recuerdos, donde un par de labios paran un beso, quiero encontrarte ahí justo donde las estrellas le pertenecen al universo.

Diana Portillo

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