Háblame del mar…
Aquél que besa mis pies
cuando me acompaña la tristeza.
Háblame de su inmensidad
cual alma bravía, buscando
respuestas coherentes
para esta existencia mía.
Háblame del mar…
Cuando bordado de plata,
ahoga suspiros y cultiva
estrellas en la lejanía.
Háblame de ese mar que
mece las olas cuando el sol
abraza y me siembra de caricias.
¡Háblame por favor! no ahogues
tus palabras en la arena cuando
las olas vienen a robarme tu nombre
impreso en la orilla.
Sigue hablándome de historias
compartidas entre sueños
de estrellas y lunas entre
nubes escondidas.
Háblame sin rencores ni reproches,
como si acabáramos de robarnos
la mirada bajo el cielo…
de la mar bravía.
Juana Campos Cortés
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