sábado, 5 de enero de 2019

RUTINA


En ciertos días que estoy disperso
y
sonámbulo,
salgo a sacudirme mi saudade,
caminando despacio,
des...
pa...
cio...
sobre los floridos prados;
admirando el paisaje,
avanzo descalzo
y
me detengo un instante
para mirar el arroyo,
serpenteando a su paso;
y
siguiendo el recorrido del agua,
disfruto
y
me relajo,
hasta volverme como ella...
apacible,
liberado
y
muy claro,
en ese instante
me acuesto sobre la felpa verdosa
que cubre el dorso del campo;
me parece muy grato el merecido descanso
y
me imagino siendo un cóndor
dominando el espacio
o
que soy un colibrí libador de las flores
que adornan las riberas del remanso;
y
al silbar me parezco
al concertista ruiseñor.
Pero, luego despierto
del momentáneo letargo
y
debo regresar a enfrentar la rutina,
el smog
y
el cansancio,
guardando en mi memoria,
cual si fuera un bolsillo...
mi alma de soñador,
pero sigo silbando el improvisado concierto.

Gerardo Carrascal Santiago -Colombia-

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