Como las lluvias perennes del páramo ,
aún mis ojos te siguen llorando.
Espumas de lágrimas, crecientes del río,
arrasaron mi cuerpo, mi amor y mi alma.
Siempre mía, sin ser nunca suyo,
de la nada llegó, en la nada se ha ido.
Como nace la vida, como llega la muerte,
con su beso ardiente, en su adiós ausente..
Evaporamos sangre de ardientes pasiones,
acariciamos susurros de amantes secretos.
En crisol de éxtasis y gemidos,
nos fundimos… dos en uno
Aún mis ojos… la siguen llorando.
Es mi esencia, mi caos, mi historia,
mi memoria, mis latidos, mi vida,
hoy, palabras del alma, silencios eternos.
Ve…despliega tus alas… no te detengas en sueños pasados.
Despierta floreciendo soles, abriendo caminos,
que las heridas sanan, después del suspiro añorado.
No hubo cadenas de aceros, sino hilos de aire y sueños distantes.
La ausencia y silencio, apenas soporto por ti.
Brillen y radien tus dulces miradas
Que sean tus lluvias de amor, tus lindas sonrisas.
amándote siempre… mis ojos te siguen llorando.
Álvaro Álvarez Rojas (Aprendiz de poeta) -Colombia-
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