Ven, acércate, que estoy solo
y los pensamientos que me asaltan
no me gustan nada
porque son corrosivos, destructivos
y temo que arrastren con ellos
paisajes, cuerpos inocentes
que no son los culpables
de mi soledad inquieta.
Me parece que voy a cerrar la puerta
sentarme en el sofá dejando que las ideas
circulen libres por toda la casa
uniéndose con cada objeto
creando fuentes de nuevos conocimientos
que liberen mucha y potente energía
que me ayude a descansar profundamente
Así volveré a sentir en mis músculos
ganas de emprender sueños imposibles.
JOSÉ LUIS RUBIO
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