Un canto a la alegría son sus risas
y cada nota brillan de sus ojos
borrando los enojos,
son ellos como brisas.
Sus locas travesuras nos contagian
los niños, los minutos embellecen,
los días nos florecen.
amores nos presagian.
Invaden de venturas nuestro hogar
arrasan sus miradas inocentes
sus pasos son afluentes,
verlos correr, jugar.
¿Sin niños el planeta que sería?
pensar en sus ausencias desconsuela
¿sin ellos quien consuela?
la magia no estaría.
Sus dulces existencias son los sueños
deseos fervorosos de los padres
en unión con las madres
le ponen sus empeños.
Y nacen, son anhelos sus latidos,
dibujan con sus almas esperanzas
a través de sus crianzas
hay proyectos construidos.
Linda Patricia Candanoza -Colombia-
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