Esos labios apasionantes de pasión,
fundidos de delirio y gran fogosidad,
explota de emotividad que converge,
retahíla de deseos muy promovidos.
Esos labios pulposos, que inquietan,
provocantes de atracción- sistémica,
atormentador y atiborrado de gracia,
denota exuberancia y belleza briosa.
Esos labios, ¡llenos de pretensiones!,
rojizos, que son vibrantes de ternura,
impresionan incansablemente con fe.
Esos labios llameantes de seducción,
expresan candente vitalidad cariñosa,
¡es fuego sensual!, que irradia ilusión.
Julio César Portella Medina -Perú-
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